Hepatitis C

¿Qué es la hepatitis C?

Es una enfermedad del hígado causada por el virus de la hepatitis C (VHC), que se aloja en la sangre de las personas infectadas. El virus se transmite por contacto con la sangre de la persona infectada.

¿Quiénes contraen la hepatitis C?

Los grupos de mayor riesgo de contraer la infección están formados por

  • las personas que alguna vez se inyectaron drogas, incluso las que se inyectaron sólo una vez o pocas veces hace muchos años;
  • las personas que recibieron transfusiones sanguíneas, de hemoderivados o trasplantes de órganos antes de junio de 1992, cuando se empezó a analizar la sangre con pruebas de VHC;
  • las personas que recibieron factor de coagulación antes de 1987.

Otros grupos de riesgo están formados por

  • los pacientes de diálisis (renal) a largo plazo;
  • los trabajadores del área de salud después de estar expuestos a la sangre de personas infectadas durante el trabajo (por agujas o salpicaduras en los ojos);
  • los hijos de madres infectadas con el VHC;
  • las personas que tienen conducta sexual de alto riesgo, múltiples parejas y enfermedades de transmisión sexual;
  • las personas que inhalan cocaína con equipos compartidos;
  • las personas que comparten cepillos de dientes, hojas de afeitar y otros artículos de uso personal con familiares infectados.

¿Cómo se contagia este virus?

Tal como el virus de la hepatitis B, el virus de la hepatitis C se transmite cuando la sangre o los fluidos de la sangre de la persona infectada ingresan en el cuerpo de la persona no infectada por compartir agujas o "equipo" para inyectarse drogas, o por lesiones con objetos punzantes durante el trabajo. No se ha estudiado a fondo el riesgo de transmisión sexual, pero aparentemente es bajo en las relaciones monogámicas de larga duración. No existen pruebas de transmisión del virus por contacto casual, como abrazarse o darse la mano, mediante los alimentos, por compartir utensilios o vasos, ni al toser o estornudar. La hepatitis C no se transmite por la lactancia.

¿Cuáles son los síntomas y las consecuencias de la infección?

Alrededor del 20% de las personas expuestas al virus tienen síntomas, entre los que podemos mencionar ictericia (coloración amarilla de la piel y la parte blanca del ojo), fatiga, orina oscura, dolor de estómago, inapetencia y náuseas. Después de la primera infección, entre el 15 y el 25% se recupera, y entre el 75 y 85% contrae infección crónica (de por vida). Alrededor del 70% de las personas con infección crónica contraen hepatopatías que, en algunos casos, aparecen décadas después de la primera infección.

¿Cuándo aparecen los síntomas?

Pueden aparecer entre dos y seis semanas después de la exposición, aunque suelen hacerlo entre las seis y nueve semanas siguientes.

¿Cuándo es el período de contagio y cuánto dura?

En general, las personas infectadas con el virus C de la hepatitis aguda tienen un período de contagio de una semana o más tiempo antes de la aparición de los síntomas. En los enfermos crónicos, dicho período es indefinido. Todas las personas cuya prueba da resultado positivo se deben considerar potencialmente contagiosas.

¿Cuál es el tratamiento para la hepatitis C?

Existen fármacos (antivirales) para el tratamiento de la hepatitis C crónica. La terapia farmacológica combinada de interferón pegilado y ribavirina puede dar buenos resultados en 5 cada 10 personas con genotipo 1, el más común en EE. UU., y en 8 cada 10 personas con genotipo 2 y 3. Cabe recalcar que esta decisión de tratamiento de la enfermedad es compleja y se recomienda consultarla con un médico con experiencia.

¿Se analiza la sangre donada para determinar la presencia del virus?

Desde comienzos de la década de los noventa, todos los centros de donación de sangre de EE. UU. analizan la sangre de donantes para detectar la presencia del virus de la hepatitis C. La aplicación a gran escala de esta prueba redujo considerablemente el número de casos de hepatitis C postransfusión.

¿Cómo se puede reducir el riesgo de hepatopatías crónicas en la persona con hepatitis C?

La persona infectada con la hepatitis C no debe beber alcohol. Debe consultar con el médico antes de tomar medicamentos nuevos, incluso los de venta libre y de hierbas (fitoterapia). También debe consultar sobre la posibilidad de recibir las vacunas contra la hepatitis A y la hepatitis B.

¿Cómo se puede evitar el contagio de la hepatitis C?

La persona que tuvo hepatitis C debe saber que su sangre y, posiblemente otros fluidos corporales, son infecciosos latentes.

  • No se inyecte drogas; si lo hace, abandone el hábito e ingrese en un programa de tratamiento. Si no puede abandonar, jamás comparta agujas, jeringas, agua ni "equipo", y vacúnese contra la hepatitis A y B.
  • No comparta artículos de uso personal que puedan tener sangre (hoja de afeitar, cepillo de dientes).
  • Si es un trabajador del área de salud o seguridad pública, tome siempre precauciones de rutina para evitar el contagio y manipule agujas y otros elementos punzantes con cuidado; vacúnese contra la hepatitis B.
  • Tenga en cuenta el riesgo en caso de querer hacerse tatuar o perforar el cuerpo. Puede infectarse si las herramientas tienen sangre de otra persona, o el tatuador o perforador no sigue estrictas normas sanitarias.
  • La HVC se puede transmitir por contacto sexual, pero no es frecuente. Si mantiene relaciones sexuales con más de una pareja estable, use condones de látex correctamente colocados y durante todos los encuentros para evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
  • También se le recomienda vacunarse contra la hepatitis B.
  • Si tiene HVC, no done sangre, órganos ni tejidos.

¿Existe una vacuna para la hepatitis C?

No, actualmente no existe.